AGUA: ¿QUÉ PESA MÁS LOS DERECHOS HUMANOS O LOS INTERESES CORPORATIVOS?
El 22 de marzo de cada año se celebra el DÍA MUNDIAL DEL AGUA. En este día se hace un llamado a la reflexión de la grave situación que atraviesa el planeta con respecto al acceso al líquido vital y los pronósticos apocalípticos de no revertirse la acelerada contaminación y el cambio climático.
Sin embargo, muchas de estas reflexiones dejan de lado el problema de fondo que subyace en la crisis hídrica que vive el planeta, y esto es justamente que dentro del sistema capitalista-imperialista, el agua es utilizada por el capital como un objeto de apropiación privada y obtención de ganancia, por una parte; y por otra, que al utilizarla para obtener beneficio económico, la convierte en pasivo ambiental del que las corporaciones no se hacen cargo cuando está contaminada, siendo a su vez uno de los recursos naturales más afectados por el cambio climático.
Es importante saber que a nivel mundial existen grandes “agua tenientes”, es decir, corporaciones que acaparan el agua convirtiéndola en su propiedad privada para sus negocios que les dejan millonarias ganancias. Empresas como Coca-Cola company, utilizan cada año millones de litros de agua con las que obtienen a su vez millones de dólares con la venta de bebidas (cola o agua embotellada), cuya materia prima es justamente el agua. Y hay que tomar en cuenta que en el planeta más de 1 billón de personas no tiene acceso a este líquido vital ni siquiera para sus necesidades elementales.
Para entender lo perverso del negocio del agua, debemos saber que empresas como Coca-Cola, al tiempo que acapara el agua dejando a comunidades enteras en el desabastecimiento, espera beneficiarse de la cada vez mayor escasez del líquido en el planeta. Eso se puede desprender de lo dicho en uno de sus informes anuales:
“Todos los miembros de la familia Coca-Cola nos despertamos cada mañana con la certeza de que cada una del 5,6 miles de millones de personas que habitan en el mundo tendrán sed a lo largo del día. Si conseguimos que a esos 5,6 millardos de personas les sea imposible escapar a la persuasión de Coca-Cola, tendremos el éxito asegurado durante muchos años”.
Es decir, el negocio de Coca-Cola, y otras corporaciones del ramo, se basa en una necesidad fundamental para el ser humano como es el acceso al agua, y por ello tienen la seguridad de que embolsarán diariamente millones de dólares. El agua se convierte en un objeto de apropiación privada y lucro, en un perverso negocio con el que se enriquecen las corporaciones transnacionales mientras millones de personas en el mundo no pueden satisfacer la necesidad vital de saciar la sed. Nos preguntamos entonces: ¿dónde queda el derecho humano al agua?
Para Coca-Cola el agua es una mercancía, igual que cualquier otra. Igual que para una corporación automotriz su negocio es hacer carros y venderlos, para empresas como Coca-Cola los refrescos producidos con agua, o el agua embotellada, son simples mercancías que le permitirán acumular riqueza. Esta corporación funciona con la misma lógica que cualquier otra, generar ganancia a costa del despojo del agua a poblaciones, de la contaminación del agua, de vender productos que son dañinos para la salud. Peor aún, esta empresa tiene la materia prima que utiliza para elaborar sus productos con mínimos costos, cuando no en forma gratuita.
Sólo por citar un ejemplo, Amit Srivastava en su artículo “Coca-cola y el agua – Una relación insostenible” señala que:
“Decenas de miles de personas en toda India se están oponiendo a Coca-Cola por su abuso… del agua. Las plantas embotelladoras de Coca-Cola han afectado dramáticamente tanto la cantidad como la calidad de los recursos de agua subterránea como resultado de sus operaciones, dificultándole a las comunidades aún más el acceso al agua…
En consonancia con el creciente clamor público, el gobierno estatal de Kerala… (en 2006) …ha denunciado las operaciones de la compañía Coca-Cola ante la Corte Suprema de India, argumentando que "los pobres habitantes de la villa están siendo despojados del agua potable a causa del uso exagerado por la planta de Coca-Cola en Plachimada para la producción de bebidas embotelladas que son vendidas a personas con capacidad de compra en diferentes ciudades del país."
Con respecto al problema de salud pública que causa el consumo de las bebidas producidas por Coca-Cola, dice Srivastava:
“Las prácticas comerciales de Coca-Cola, así como sus productos, están siendo objeto de escrutinio por parte de los consumidores en todo el mundo. Los productos de Coca-Cola contribuyen de manera importante a un sinnúmero de problemas para la salud, incluyendo obesidad, diabetes y problemas dentales, y ha surgido una importante campaña para eliminar esos productos de nuestras escuelas.”
Por los graves daños que Coca-Cola deja a los pueblos y al planeta, las protestas, denuncias y oposición a esta corporación transnacional se suman en todo el mundo.
Sin embargo, como todo puede ocurrir en el “país de Manuelito”, curiosamente en Ecuador, y en plena época de la “revolución ciudadana”, Coca-Cola es recibida con bombos y platillos. El antiimperialista de pacotilla de Carondelet, primero besa la copa del mundial traída en la avión de la Coca-Cola -símbolo del negocio imperialista que hacen las corporaciones con el fútbol-, y luego el 5 de marzo se anuncia sin ningún escrúpulo por parte de los “revolucionarios verdeagua” que Correa recibió a los máximos ejecutivos de la Coca-Cola interesados en invertir en Ecuador.
Pero que nos puede extrañar cuando igual que a la Coca-Cola la “revolución ciudadana” ha abierto las puertas de par en par a otras corporaciones que obtendrán millonarias ganancias con el agua que corre por nuestros territorios, como las hidroeléctricas, en especial las de China ya que actualmente ese país asiático es el principal acreedor de Ecuador.
Ya no nos debe extrañar que mientras en la Constitución del 2008, de la que los verdeagua se jactan diciendo que es la “más ecológica del mundo”, se reconoció el acceso al agua como un derecho humano, se pretenda desarrollar la gran minería justamente en sitios donde se afectarían fuentes de agua como es el caso de Río Blanco y Quimsacocha en Azuay. Aún en conocimiento pleno de los graves riesgos que implica desarrollar la minería en estos sitios de páramo del Macizo del Cajas, en donde se encuentran humedales, nacimiento de ríos, lagunas, quebradas, ojos de agua, y donde no existe ni siquiera información sobre las aguas subterráneas y superficiales que podrían ser afectadas, según ha alertado el informe del Instituto Francés BRGM.
Es por ello que tan importante es reflexionar sobre la crisis hídrica en la que se encuentra el planeta, como en las causas de la misma, comprendiendo que en ella hay una contradicción fundamental que es el derecho humano al agua versus el interés de las corporaciones capitalistas de acumular riqueza.
También es necesario entender, que las corporaciones no son las únicas responsables del problema del agua, también lo son, en igual medida, los gobiernos que entregan este recurso vital para el saqueo, ellos no pueden ser olvidados, porque probablemente para cuando haya que reclamar por los daños provocados en nuestra agua, muchos de los actuales gobernantes estarán en un lejano punto del planeta disfrutando con Coca-Cola la recompensa por poner la Yacumama en manos de la voracidad corporativa.